Diagnóstico en Preescolar
El diagnóstico en el preescolar, por Laura Frade
¿Qué tan viable es elaborar algunas baterías de cuestionamientos y actividades simples por ámbitos y organizador curricular de cada campo de formación académica y área de desarrollo personal y social como diagnóstico para niños y niñas 1º y 2º de preescolar?
¿Qué tan viable es elaborar algunas baterías de cuestionamientos y actividades simples por ámbitos y organizador curricular de cada campo de formación académica y área de desarrollo personal y social como diagnóstico para niños y niñas 1º y 2º de preescolar?
Sí es viable, pero creo que tendrías dos problemas: uno relacionado con el enfoque del plan y programa de estudios que busca desarrollar el aprendizaje mediante un proceso situado, es decir, contextualizado en escenarios reales que reflejen lo que realmente sabe y sabe hacer cada uno de tus alumnos y alumnas, y otro que tiene que ver con cómo puedes hacer un diagnóstico de manera: i) eficaz (que logres el objetivo de determinar cómo vienen en términos de su aprendizaje y desarrollo) y, ii) eficiente (que lo hagas en el tiempo y la forma que corresponde, o sea, tomando en cuenta el enfoque de los programas actuales).
Me concentraré en el segundo problema. El primer punto conlleva, la eficacia, implica el diseño de herramientas para el diagnóstico que garanticen un reflejo real del estado actual de aprendizaje en el que llega el niño o niña del preescolar. El segundo, la eficiencia, a que lo puedas diseñar y aplicar rápido a partir del primer mes o de las primeras semanas del ciclo escolar.
La relación entre estos dos puntos es importante, porque si se aplica una herramienta muy elaborada para cada estudiante te llevará tiempo, será muy buena, pero tal vez dures 1 o 2 meses llevándola a cabo, y se perderán oportunidades de aprendizaje, y si bien es cierto que un buen diagnóstico te permite aprovecharlas mejor, el problema es que la cantidad de aprendizajes esperados que tienes que alcanzar durante el año tal vez impida que no se puedan lograr por estar evaluando uno a uno de tus estudiantes a detalle desde el principio.
Por esta razón, lo que yo recomiendo es que diseñes una herramienta estratégica, es decir, que te lleve a observar las capacidades, conocimientos, habilidades y destrezas previas, o sea, el nivel de desarrollo de las competencias con el que llega cada uno de tus pequeños que se reflejan en los aprendizajes esperados de tu plan y programa de estudio 2017, identificando lo que sirve de fundamento para lograr el aprendizaje posterior. En este sentido, existen cuatro aspectos fundamentales que predicen las posibilidades de aprendizaje de un niño o niña en el futuro, tanto cercano como de largo plazo:
i) Su lenguaje, qué tan bien expresa en frases que incluyen sujeto implícito (el "yo" casi no se usa, no dice "yo quiero", sino "quiero") o explícito (él, ella o ellos quieren, cuando se refiere a otros) y el predicado (verbo más objetos directo, indirecto o circunstancial), de manera que articula los vocablos al hablar (abre la boca y se entiende), dice lo que quiere, y cuenta con un vocabulario vasto, puesto que nombra los objetos y acciones por su nombre y además los cualifica con adjetivos (bonito, feo, etc.) y adverbios (palabra que califica el verbo, como: "corre rápido").
ii) La sensibilidad matemática que posean, que se define como la capacidad para cuantificar los objetos, sus relaciones y el espacio en el que se encuentran, y que se observa en identificar si reconocen dónde hay menos, dónde hay más, qué es más grande o más chico, cómo se acomodan los objetos por tamaños, e incluso, si saben contar y hasta que número, si los identifican y si comprenden su relación con la cantidad, y también si pueden seriar, ordenar y organizar por categorías diversos objetos.
iii) Su capacidad para relacionarse con los demás, lo que se observa en que habla con sus pares y con los adultos de la escuela, juega con los otros aunque haga juego paralelo, les habla, se preocupa por ellos, expresa lo que siente por sus compañeros y compañeras, se acomide a ayudar, si les tiene miedo a algunos, a quién quiénes y en qué condiciones, si comparte o no sus cosas.
iii) Su coordinación motora gruesa y fina. La primera se refiere a qué tanto logra que sus extremidades se articulen para llevar una acción que las involucra: caminar, correr, brincar, cachar una pelota, y la segunda, a qué tan bien logra la vinculación ojo-mano para llevar a cabo un movimiento que requiere precisión en el espacio y que además necesita del uso de herramientas: lápiz, colores, tijeras.
Evaluar estas capacidades como diagnóstico inicial es importante porque predicen la necesidad de intervenciones específicas para que se pueda aprender bien. Por ejemplo, si un niño o niña no habla bien a los tres años, o no cuenta con la sensibilidad numérica, o no se mueve bien en el espacio y/o no se relaciona con los demás, tendrá más dificultades para avanzar en el resto de los aprendizajes esperados. Pero además, al evaluar esto deberá ser atendido de inmediato, porque cuanto más temprano se aborden estas dificultades, más fácil es que logre superarlas; si por el contrario cuenta con algunas, pero no con otras, entonces habrá que hacer hincapié en su desarrollo.
Todas estas capacidades se encuentran definidas en los aprendizajes esperados de los aprendizajes clave (SEP, 2017), pero a veces vienen muy generales y además se contemplan como metas de resultado, es decir, que se identifican como logros finales del preescolar, y si bien es cierto que también son metas de proceso, es decir, describen lo que se debe aprender todos los días en el aula como acciones concretas a seguir, no señalan los previos que permitirían alcanzarlos.
Entonces lo que yo sugiero es que diseñes un diagnóstico en una doble vía, uno general que te permita detectar las capacidades previas que le permitirán a los estudiantes aprender a lo largo del año, y otro particular que se lleve a cabo al inicio de cada situación didáctica para determinar lo que saben y saben hacer de inicio con respecto a cada aprendizaje esperado que se va a trabajar en ella. La articulación de etas dos cosas será la estrategia diagnóstica.
Ahora bien, cabe la pregunta, ¿cómo se diseña y aplica cada una? En el primer caso, la general, se puede partir de una situación didáctica para cada una de las capacidades que resultan predictoras de las posibilidades de aprendizaje, de manera que se mida con indicadores muy concretos la zona de desarrollo próximo de Vygotsky, definida como el diferencial entre lo que el niño o niña hace por sí mismo y lo que podría hacer con ayuda, partiendo del principio de que sí lo hace con esta última, podrá hacerlo posteriormente de manera autónoma.
Esto implicaría el diseño de una serie de listas de cotejo cortas y bien planificadas con indicadores observables durante el desarrollo de las situaciones didácticas aula. Por ejemplo, del lado izquierdo de la matriz se escribirían estos aspectos para observar el desarrollo del lenguaje: i) Sigue las instrucciones (esto quiere decir que escucha y comprende) ii) Nombra los objetos por su nombre, iii) Dice lo que quiere en oraciones son sujeto implícito y predicado, iv) Utiliza adjetivos y/o adverbios. Mientras que del lado derecho de dicha matriz, se escribe el nombre del estudiante, pero en cada uno se derivan tres columnas: lo hace solo, lo hace con ayuda y no lo hace. Cómo se observa, solo serían cuatro indicadores que reflejan en qué medida ha desarrollado su lenguaje de manera precisa, sin lugar a dudas, y por observación objetiva. Al identificarlos, estos también señalan lo que se debería impulsar en el aula como guías de acción para impulsar el desarrollo de las capacidades ya señaladas.
Yo no recomiendo más de cuatro o cinco indicadores en la observación por cada conjunto de capacidades predictoras del aprendizaje (lenguaje, matemáticas, motricidad y relaciones sociales), porque basta con multiplicar el número de aspectos a observar por clase y estudiante para identificar la viabilidad real de que una docente lo haga. Por ejemplo, si se tienen 10 indicadores por cada uno y el salón cuenta con veinte de ellos y ellas, el o la maestra deberá observar doscientos aspectos en tres horas de clase por cada campo de formación o área de desarrollo, lo que nos daría un total 1200 repartidos seis campos aproximadamente, lo que no es posible de llevarse a cabo. La realidad es que si intenta hacerlo, son altas las posibilidades de que termine inventando, estimando o calculando lo que no es. Dicho de otro modo, que el procedimiento se vuelve muy poco objetivo.
Una vez que se tengan las listas, se deberán diseñar y aplicar situaciones didácticas en las que dicha observación se pueda llevar a cabo, ya sea de manera directa en clase, o bien por la identificación de su cumplimiento en los trabajos que elaboran los niños y las niñas como resultado de ellas.
Por ejemplo, si se va a trabajar un aprendizaje de la oralidad y la conversación como: "Expresa sus ideas"; y la situación didáctica es platicar acerca de cómo resolverían un problema ético: “Si se deben robar las galletas de la cocina o no a escondidas de la mamá porque se ven ricas”. La situación inicia por la presentación de una lámina que permita platicar sobre lo que harían, de manera que, a partir de un diálogo continuo, la o él docente observe cómo se logran dichos indicadores.
Una vez realizado el diagnóstico inicial de manera general por capacidad, entonces se puede ir llevando a cabo otro más particular en cada situación didáctica en la que se trabaje a lo largo del año, a partir de la elección de un aprendizaje esperado que conllevará generarla; siendo que es con el conflicto cognitivo y/o pregunta generadora realizada al inicio, que se podrá identificar en la zona de desarrollo próximo de Vygotsky y con ella las posibilidades de intervención posterior.
Dicho de otra manera, que el diagnóstico es una herramienta transversal de la evaluación que se deberá llevar cabo de manera continua y transversal mediante indicadores que se observen y verifiquen por su acción en situaciones que permitan dar significado al aprendizaje.
Comentarios
Publicar un comentario